Che Guevara.

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Ernesto Che Guevara

La disciplina de fuego en el combata

CONSEJOS AL COMBATIENTE

MORAL Y DISCIPLINA DE LOS COMBATIENTES REVOLUCIONARIOS
LA DISCIPLINA DE FUEGO EN EL COMBATE
SOLIDARIDAD EN EL COMBATE
EL CONTRA-ATAQUE I
EL CONTRA-ATAQUE II
EL APROVECHAMIENTO DEL TERRENO I
EL APROVECHAMIENTO DEL TERRENO II
LAS AMETRALLADORAS EN EL COMBATE DEFENSIVO

Las armas modernas de infantería, como: la pistola ametralladora, el fusil automático, las ametralladoras, los fusiles lanzagranadas, los morteros, etc., poseyendo gran rapidez y volumen de fuego, constituyen el armamento básico de las unidades y, por lo tanto, de su empleo dependerá, en resumidas cuentas, el resultado del combate.

Para poder sacar el máximo rendimiento de cualquiera de las armas por separado y en su conjunto, no basta con que todos los combatientes conozcan su funcionamiento y sepan dispararlas con precisión. En el combate adquiere importancia capital lo que se llama "disciplina de fuego". No basta con saber tirar. Se requiere saber cuándo, con qué armas, con qué rapidez y contra qué blanco nuestro fuego resultará más eficaz.

Por otra parte, las armas automáticas y semi-automáticas "tragan" tanta munición que sin una férrea disciplina de fuego corremos el peligro de encontrarnos sin munición y desarmados al llegar el momento culminante del combate. Bastará recordar, que una escuadra de 7 hombres armadas con 6 fusiles automáticos y 1 lanzagranadas es capaz de disparar en un minuto 2400 balas y unas 10 granadas, o sea, cerca de 70 kilogramos de munición, mucho más de lo que hace falta, en circunstancias normales, para sostener todo un día de combate.

Por todo esto, durante el combate (sea éste defensivo u ofensivo) la tarea principal de los jefes de escuadra y pelotón reside en la dirección y control del fuego. El jefe de la escuadra dirige y controla el fuego de sus hombres, el del pelotón el fuego de sus escuadras.

Todos los combatientes (salvo los centinelas) deben do abstenerse de hacer fuego con sus armas sin orden expresa de su jefe inmediato.

En el combate ofensivo, el jefe del pelotón al fijar las misiones a las escuadras determina la dirección de progresión de las mismas, los objetivos enemigos a batir con el fuego de cada una de ellas, el orden con que una escuadra protege el avance de la otra indica también la cadencia del fuego a efectuar y el gasto de municiones que se autoriza para cada etapa del combate. El jefe de la escuadra por su parte hace lo mismo con cada uno de sus hombres y progresando con ellos cuida de que en ningún momento la disciplina de fuego se altere.

Más importancia adquiere aún, si cabe, la disciplina de fuego en el combate defensivo cuando es imposible determinar de antemano la duración del mismo. El jefe del pelotón, al fijar las posiciones a ocupar por las escuadras y los sectores de tiro de las mismas, parte del principio de no dejar lugares sin batir con mínimo gasto de municiones. Indica también las distancias a que se autoriza a abrir el fuego con las diferentes armas (como regla: no más lejos de 1000 metros para las ametralladoras, de 500 metros para los fusiles automáticos y de 200 para las pistolas ametralladoras). A excepción de los casos en que se hallen aisladas, las escuadras abren el fuego sólo con la autorización del jefe del pelotón. El jefe de la escuadra controla el fuego de sus hombres prestando especial atención a la concentración del mismo sobre el enemigo más peligroso, sin permitir con todo esto, que exijan de las armas cadencias de fuego demasiado elevadas. (La mayor efectividad de las armas automáticas, al mismo tiempo que una vida más larga de las mismas, se consigue con las siguientes cadencias de fuego: fusil automático en ráfagas de 2-3 balas; ametralladora ligera 4-5 balas por ráfaga; ametralladora pesada 7-8. Las pausas entre ráfaga y ráfaga dependerán de la situación concreta, pero nunca serán más cortas que el tiempo necesario para afinar de nuevo la puntería.)

Combatiente: Recuerda que el arma que está en tus manos y las municiones para ella, han sido pagadas con los sudores del pueblo para defender la Patria. Cuida del arma como de la niña de tus ojos y que cada una de tus balas cueste la vida a un invasor, a un enemigo de la Patria.